miércoles, 26 de enero de 2011

Aniversario del asesinato de Roberto Suárez y la desaparición de Mario Bagger.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias, con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos encontrar nuestras manos, nuestra tristeza.
Paco Urondo
La comisión local por la Memoria, la Verdad y la Justicia comprometida en la lucha por la recuperación de la memoria del pasado reciente hace llegar, a 34 años de los hechos, el recuerdo hacia dos víctimas de la dictadura militar: Roberto Osvaldo Suárez y Mario Eduardo Bagger Iriarte, ambos vecinos de nuestra ciudad. Con una breve reseña sobre Roberto y Mario rendimos nuestro homenaje.
El 25 de enero de 1977 fue asesinado en la ciudad de La Plata el joven Roberto Osvaldo Suárez, conocido como el "Sonri", ya que a pesar de su timidez, o debido a ella, estaba siempre sonriente. Había nacido en Ameghino el 5 de julio de 1957, pero a los 14 años ya se había radicado en Villegas bajo el amparo de su tía, Manuela Azcuaga. Estudió en la Escuela Nocturna, donde finalizó sus estudios en 1974. Becado por la Municipalidad de General Villegas residía en la Casa de Estudiantes de Villegas, en la ciudad de La Plata, y había ingresado en la facultad de Ciencias Económicas. Fue asesinado en un feroz allanamiento a su residencia, cuando tenía 19 años.
Desaparición, entre el 20 y el 31 de enero de 1977, de Mario Eduardo Bagger Iriarte: el “Canario”, como todos le decían, era conocido por su buen humor y gran solidaridad. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional y estudiaba arquitectura en la UNLP. Desapareció en Capital Federal y fue visto en el Centro de Detención Clandestino Arana (o Puesto Zorzal o El Campito) cuando tenía 23 años.
Contaba Alicia Compagnucci: éramos como una cofradía. Nos encontrábamos a través del
Centro de Estudiantes de Villegas. Éramos muchos y trabajábamos otro tanto.
La última vez que lo vi a Mario (Alicia estaba embarazada) me dijo algo así como: “Lo educarás bien a mi sobrino”. Me fui a vivir a Buenos Aires y decidí casarme. Nos juntamos en la casa de Mabel, una chica de Carlos Tejedor, novia de Mario. Arreglamos que Mario sería testigo de casamiento. Quedamos que vendría el sábado siguiente. No llegó. Su novia viajó a La Plata no lo encontró. Nunca logramos saber absolutamente nada. No podíamos buscar.